sábado, 10 de mayo de 2008

La música

Por último, la música de una vieja canción en el gramófono acompañará los acordes de esta odisea íntima. Son las únicas notas que amparan la soledad de los náufragos; más que un fondo musical, un lamento inmemorial y lejano que traduce desde su sombra la tragedia de un pueblo y que liga los movimientos de una sinfonía escénica orquestada por el dolor.

Así pues, como la maleta del Emperador que contiene su imperio, la isla perdida donde se desarrolla este espectáculo puede emerger en cualquier lugar.
La extrema simplicidad del dispositivo escénico y técnico permite la adaptación del espectáculo al espacio más angosto.

No hay comentarios: